No todas las personas que acuden a un psicólogo lo necesitan realmente -aunque el hecho de dar ese paso sí indica consciencia respecto a una necesidad de ayuda que puede ser puntual-, al igual que muchas personas que no creen necesitarlo encontrarían en su apoyo una ayuda transformadora en sus vidas.
Algunos signos orientativos de que podemos estar necesitando orientación psicológica son:
–Sentir una prolongada sensación de tristeza y desamparo.
–No notar ninguna mejora en nuestras preocupaciones, a pesar de que contemos con el apoyo de nuestros familiares y amigos.
–Encontrar enorme dificultad para poder concentrarse en los quehaceres de nuestra vida cotidiana y las tareas que requiere nuestro puesto de trabajo.
–Esperar siempre lo peor en cualquier circunstancia y estar constantemente preocupado.
–Adoptar conductas abusivas de sustancias, que acaban por dañar a uno mismo y a los demás.
Acudir a estos profesionales de la salud en momentos puntuales en busca de orientación puede ahorrarnos una enorme cantidad de sufrimiento personal, y nunca, bajo ningún concepto, hemos de sentirnos “avergonzados” o “inferiores” por necesitar ayuda u orientación. Es nuestro derecho como seres humanos: no somos máquinas infalibles y perfectas.